Mis miedos después del COVID-19

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Desde la situación vivida por la pandemia, la cantidad de personas que experimentas síntomas de ansiedad ha aumentado considerablemente. Todo lo vivido ha cambiado en mucha gente la manera de entender su realidad. Muchos de ellos no presentaban miedos anteriores que ahora han surgido a raíz del COVID 19. En otros casos, los miedos existentes previamente se han agravado.

Los problemas de ansiedad sabemos que llevan años siendo junto con la depresión uno de los síntomas más habituales entre la población, pero eso a veces no caemos en la cuenta de que muchos de los problemas de ansiedad que se tienen en realidad son miedos que tenemos las personas, que tienen tanta fuerza que pueden llegar a limitar nuestra vida.

Los miedos que han adquirido mayor fuerza tras esta pandemia y que a veces se relacionan entre sí son entre otros:

  • Miedo al contagio. Mucha gente que tenía síntomas de hipocondría o miedo a las enfermedades previamente con la pandemia se ha agudizado. Previsiblemente ese miedo puede ir disminuyendo debido a la seguridad que otorga los datos de contagio o de vacunación, pero el miedo sigue estando presente en muchas ocasiones, esto hace que las personas les cueste retomar su vida y sus actividades con normalidad. También ha aumentado el numero de personas que tienen obsesiones y compulsiones de control sobre todo con limpieza.
  • Miedo a las multitudes. Al habernos acostumbrado a estar en pequeños grupos, o salir menos a la calle, volver a hacer actividades donde haya mucha gente, nos puede agobiar al principio. Sentir cierto agobio por tantos estímulos al principio es natural, pero podemos adaptarnos igual que nos adaptarnos a quedarnos en casa.
  • Miedo a salir a la calle. Este miedo se relaciona con el anterior, sobre todo cuando la persona se encuentra ansiosa. El miedo que se tiene en este contexto no es necesariamente solamente al contagio sino también puede ser un miedo a tener ansiedad en la calle y sentir que no controlas los síntomas. Esto hace que se evite salir a la calle y salir de la zona de confort, bajando el estado de animo y aumentando los síntomas de ansiedad.
  • Miedo a socializar. Mucha gente que previamente era tímida, o tenía cierta inseguridad a relacionarse con la gente, se haya visto reforzada por el confinamiento, haciendo una evitación obligada, que hace que el miedo se perpetúe. Ahora puede sentir más inseguridad a la hora de volver a realizar actividades y relacionarse.
  • Miedo al contacto físico. Está ligado al miedo al contagio. Previamente a la pandemia, era un miedo menos frecuente, pero puede haberse visto precipitado por la distancia social y el coronavirus.

Hay que resaltar que el miedo es una respuesta adaptativa del organismo ante un peligro, pero cuando el miedo se convierte en fobia suele deberse a un aprendizaje desadaptativo, adquirido por un evento traumático o por una situación que lo precipite. Por ello tras esta pandemia, es normal que los miedos se disparen y por ello el trabajo es reaprender a que una vez pasada la situación de peligro real, la asociación de nuestro cerebro de estímulo-peligro es irracional.

La manera de enfrentarse a cualquier miedo siempre es a través de un trabajo de cambio de pensamiento, de trabajar la irracionalidad del miedo y de exposición progresiva a las situaciones que nos dan miedo.

La persona tiene que ir dando pequeños pasos una vez que entiende el funcionamiento de la ansiedad, para ganar en seguridad, y, poco a poco, atreverse a superar situaciones. Es muy importante que se ponga un objetivo y que acepte que va a tener ansiedad las primeras veces, pero que la ansiedad no es peligrosa, igual que tampoco lo es la tristeza. Darse cuenta de cómo está magnificando la amenaza y comprender que si dirige la atención hacia otra cosa, la ansiedad disminuirá.

Siempre es importante tener en cuenta que si necesita ayuda para realizar este proceso puede consultar a un profesional.

Joana Fernández Reyes

Psicóloga Sanitaria