Es cada vez más frecuente en nuestro entorno oír expresiones como “Estoy estresado”, “vivo estresado continuamente”.
De hecho se puede decir que es uno de los problemas más comunes de la sociedad. De un modo más general, la respuesta del estrés es una reacción inmediata e intensa, que implica la movilización general de los recursos del organismo, y que se produce ante situaciones que suponen importantes demandas para el individuo, ya sea porque implican una pérdida (ruptura sentimental, muerte de un ser querido), o bien por tratarse de una amenazada ( enfrentarnos a un atracador, el despido por parte del jefe, etc.) o de un reto ( competiciones deportivas o aprobar una oposición, etc.).
Esta reacción general incluye respuestas fisiológicas (el corazón se acelera, aparece sudor en las manos, los músculos se tensan…) cognitivas (mayor rapidez de pensamiento, pensamientos automáticos) y motores (huir del peligro, evitar la situación…) En definitiva, la respuesta del estrés prepara al organismo para actuar ante amenazadas y retos de diversa índole que aparecen en el entorno de cada uno, como estímulos estresantes.
La respuesta del estrés es una reacción adaptiva que ha permitido al individuo poder adaptarse a las diferentes situaciones del entorno, la problemática llega cuando deja de ser adaptativa convirtiéndose en algo desadapatativo aparece con una mayor frecuencia, intensidad e interfiere en el día a día de la persona generando dificultades como disminución en el rendimiento académico y laboral, malestar físico y emocional, etc.)
Este tipo de problemas surgen en diferentes circunstancias:
- La persona se expone a situaciones amenazantes o a situaciones intensas y duraderas. Este hecho dependerá de las estrategias que tenga el individuo para hacerle frente a las situaciones condicionando que permanezca en el tiempo.
- La persona hace interpretaciones errores a cerca
de las situaciones a las que se enfrenta:
- Identifica como amenazantes situaciones que no lo son
- Identifica un grado de amenazada desproporcionado en diferentes situaciones
- Tarda en identificar una situación como estresante
- Considera que no posee estrategias para hacerle frente.
- La persona se activa fisiológicamente, lo cual en muchas situaciones de las que nos exponemos o enfrentamos en el día a día no es necesario un nivel de activación tan grande.
- La persona emite respuestas inadecuadas a la
situación:
- Bien porque no posee un repertorio d estrategias adecuado
- O bien, porque no pone en marcha las estrategias como se debería.
Con todo ello, el estrés puede conllevar a una serie de patologías que pueden adoptar diversa forma:
- Afecta a problemas físicos (tratornos gástricos, asma, dolor..)
- Afectar a otros problemas psicopatológicos, contribuyendo a su aparición e influyendo en su evolución, se relaciona con: consumo de drogas, trastornos de ansiedad, depresión, problemas de relación social, etc.
- Pueden propiciar la aparición de otro tipo de trastornos cuando hemos estado sometidos a situaciones estresantes graves o a una mala adaptación del estímulo estresante (estrés agudo grave…)
- Pueden aparecer otro tipo de síndromes asociados a la sociedad moderna, como el “superwoman” que trabajan dentro y fuera de casa, el de adaptación postvacacional, o el burnout (relacionado en entornos laborales especialmente en aquellos que implican un servicio a los demás). A diferencia de otros trastornos caracterizados por una sintomatología y curso, estos se caracterizan por su contextualidad, siendo definitoria para su evolución con unas características determinadas en cada uno de los casos.
En muchas ocasiones puede deberte a factores ambientales o psicosociales, deteriorando y generando un gran malestar en el individuo. Actualmente según recoge la APA entre un 75% y 90% de las visitas que se hacen en medicina general pueden atribuirse a quejas y dolencias relacionadas con el estrés.