Hoy en el día Internacional de la depresión queríamos recordaros algunas nociones básicas sobre esta enfermedad, dado que la tenemos en nuestro vocabulario cotidiano y a veces la usamos de forma inadecuada para describir nuestras emociones, lo que genera mucha confusión e incluso miedo.
La depresión es una enfermedad que afecta alrededor del 3,8% de la población, según los datos obtenidos del Instituto de Sanimetría y Evaluación Sanitaria (Global Health Data Exchange, GHDx). Es uno de los problemas emocionales más frecuentes en el mundo, y que mayores tratamientos conocidos y eficaces tiene. No obstante, sigue siendo un problema de salud grave, dado que cada año se suicidan una media de 3.941 personas en España.
Es un trastorno que puede llegar a incapacitar a la persona de forma real para desempeñar su trabajo, su vida cotidiana, sus relaciones, y su funcionalidad. Hay un abanico muy variable de sintomatología depresiva, pero si no se trata a tiempo y de forma adecuada, puede ser recurrente y con síntomas moderados y graves.
Diferentes tipos de depresión
- Depresión mayor. Episodio que implica diferentes síntomas de depresión, la mayor parte del día, durante al menos dos semanas. Puede llegar a ser incapacitante con el trabajo, estudio, dormir o comer.
- Depresión recurrente o distimia. Síntomas de depresión menos graves pero que dura mucho más en el tiempo, al menos dos años de duración.
Muchos síntomas de depresión aparecen asociados a otros problemas o trastornos, en ese caso lo importante es hacer un diagnostico diferencial, porque a veces la depresión es consecuencias de otros problemas raíz, si bien hay que manejar los síntomas depresivos, hay que trabajar el núcleo del problema.
Otras formas de depresión pueden ser:
- Depresión postparto: que ocurre cuando la mujer experimentas síntomas de depresión después del parto.
- Depresión estacional (trastorno afectivo estacional), que suele aparecer en otoño e inviernos y desaparecer en primavera y verano.
- Depresión dentro del trastorno bipolar, es una parte de la sintomatología asociada a este trastorno donde se combinan estados de euforia con episodios depresivos.
Principales síntomas de depresión
- Sentimiento de tristeza, ansiedad o vacío
- Sentimientos de desesperanza, sobre todo hacia el futuro
- Irritabilidad, frustración constante
- Sentimientos de culpa, inutilidad o impotencias
- Recuerdos del pasado constantes con culpa o pesimismo
- Perdida de interés o placer en las actividades
- Cambios en el apetito
- Dificultades para conciliar el sueño o hipersomnia
- Fatiga, perdida de energía
- Falta de concentración, de atención, incluso bloqueo
- Dolores de cabeza, musculares, molestias estomacales
- Perdida de libido
- Ideas o pensamientos de suicidio
Para poder diagnosticar de depresión, se tienen que presentar al menos cinco de estos síntomas todos los días, casi todo el día, con una duración de al menos dos semanas.
En niños y adolescentes, se puede mostrar más síntomas de irritabilidad que de tristeza, así como alteración de la conducta. Los niños más pequeños pueden mostrar quejas somáticas, estados más infantiles, más ansiedad o preocupación y más necesidad de aferrarse a sus padres.
En niños más mayores y adolescentes se pueden mostrar más callados, una bajada importante del rendimiento académico, así como comportamientos de irritabilidad, rebeldía o conductas disruptivas importantes.
Si bien te puedes sentir identificado con estos síntomas en algunos momentos de la vida, es importante acudir a un profesional que te haga una buena evaluación del problema, y te ayude a resolver las dificultades emocionales tanto en episodios depresivos como con otros problemas que tengan como consecuencia presentar algunos de estos síntomas.