¿Por qué se hace tan difícil la llegada de la Navidad? ¿A quién afecta más este tiempo?
Dependiendo de las circunstancias personales y del momento que una persona experimenta, la afectación y el sufrimiento en esta época puede ser mayor. Según el Instituto Nacional de la Salud, en diciembre aumenta casi el 40% de los casos de depresión. ¿A que puede ser debido?
Desde factores ambientales como la falta de luz, el incremento de frio, cambio de estación, algunos autores lo identifican como el trastorno afectivo emocional, indicado por la falta de serotonina que dependiendo de cada uno, puede verse más o menos afectado.
Además, es momento para recordar las pérdidas. Puede que muchas personas en la época de Navidad se encuentren en pleno duelo, o bien porque ha fallecido esa persona querida o bien por una ruptura en la relación de pareja o familiar/trabajo/vivienda etc. Es cierto que cuando se pierde a un ser querido se sienten muchas emociones como tristeza, angustia, rabia. Pero es más que importante facilitar que se puedan expresar, acompañar y ayudar a que la persona viva este proceso de la mejor manera posible, sin juzgar y sin negar.
En muchas casas, durante las celebraciones familiares se experimenta el fenómeno de la Silla vacía, observar esa persona que ya no está.Por ello hay que permitir que aquel que está sufriendo, celebre y viva la Navidad de la manera que necesite ya que el transcurso del duelo se convierte en un proceso natural, necesario de procesar.
Otro factor relevante, es la alimentación. Los hábitos cambian durante las festividades, se come en abundancia, se dispara el aumento de alcohol. Las comidas a las que nos enfrentamos durante esta época, no son del todo ligeras, predominan los carbohidratos y dulces. Esto es un problema muy relevante para personas que sufren algún tipo de problema de alimentación o de la imagen.
También es común en esta época del año, tener que acudir a numerosos encuentros familiares y compromisos como cenas y comidas sociales. Esto aumenta el gasto económico durante los meses de Navidad así como el encuentro con algunas relaciones que puede que no deseemos. Aprender a decir que no, a liberarnos de culpa por no asistir aquellas celebraciones en las que se supone que tengo que estar, puede hacer que nos sintamos más tranquilos y relajados. Optando por elegir aquellas en las que puedo sentirme mejor y que significan algo importante para mí.
Estos encuentros nos hacen estar más vulnerables a tener conflictos familiares o de pareja, en estos días se pueden vivir situaciones tensas. De hecho las terapias de pareja y familiares aumentan después de los periodos de vacaciones. Es momento, de pasar más tiempo con la pareja, por ello de valorar la relación y juzgar aquello que uno no puede mantener, se pasa más tiempo con los niños, y es donde se puede descubrir el rol que se tiene asociado como padre o madre, valorando las dificultades que pueden generar.
Es resumen, es importante tomar conciencia de que se trata de una época del año, que no por ello tengo que sentirme más feliz que en los meses anteriores o de lo que estaré en los meses siguientes, liberarnos de esta presión por tener que sentirme más feliz puede ayudarnos a relajarnos en esta época del año y conseguir así que cada uno, viva y experimente la Navidad como necesite.
Laura Montero Blanco M-26668
Psicóloga Clínica y de la Salud