ASPECTOS A TENER EN CUENTA A LA HORA DE INICIAR UNA TERAPIA

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ASPECTOS A TENER EN CUENTA A LA HORA DE INICIAR UNA TERAPIA

 

Hoy en día la sociedad está cambiando el concepto del psicólogo, de manera que cada vez se ve “con buenos ojos” acudir a terapia. No obstante, dar ese paso no es sencillo. Resulta difícil aceptar ese sentimiento de vulnerabilidad donde te admites a ti mismo que no sabes gestionar tus emociones tu solo, y que necesitas ayuda. En ese momento te sientes indefenso, y la idea de exponerte resulta dolorosa e incomoda. Esto es algo natural del ser humano, a todos nos pasa y por eso es importante tener claro una serie de ideas antes de iniciar terapia.

En primer lugar, es importante asumir que esa sensación de vulnerabilidad e incomodidad es natural, pero que al final decides probar a pedir ayuda a un especialista para que te guie y te oriente

1- Sentir una buena relación terapéutica con el profesional de la salud mental que te acompañará en este proceso. La confianza y la empatía son pilares fundamentales en cualquier terapia, ya que te permitirán sentirte cómodo y seguro para abrirte y compartir tus pensamientos, emociones y experiencias. No siempre tienes que hacerlo todo de golpe, ni contar todo el primer día pero la idea es que te vayas sintiendo cómodo y seguro a tu ritmo.

2- Es esencial tener claros tus objetivos y expectativas con respecto a la terapia. Antes de comenzar, reflexiona sobre qué es lo que esperas lograr con la terapia, qué cambios deseas hacer en tu vida y cómo te gustaría sentirte al finalizar el proceso. Comunicar estos objetivos al terapeuta te ayudará a trabajar juntos en la misma dirección y a establecer un plan de tratamiento adecuado a tus necesidades.

3- Ligado con el punto anterior es importante entender que el psicólogo es un acompañante en tu proceso de exploración, cambio y mejoría. Es un guía que puede sugerirte y facilitarte herramientas para que tu realices el trabajo necesario. Las soluciones las vas a aplicar tu. Así que tu terapeuta no tiene las respuestas a todas tus preguntas, aunque tiene las herramientas para ayudarte a encontrarlas.

Aquí es importante revisar si acudes a terapia con la idea de “no creo en la psicología”. Esto puede ocurrir  y a veces esta idea viene del desconocimiento. La terapia no es magia, se basa en ciencia y las herramientas empleadas tienen explicaciones científicas del porque funcionan.

No obstante, tampoco es como la medicina tradicional basada en un ejercicio pasivo donde te tomas un calmante para el dolor y ya. Más bien requiere una tarea activa para cambiar, como entrenar en el gimnasio o hacer rehabilitación.

4- Es importante ser honesto. Muchas veces se tiene un mecanismo automático de mentir u ocultar información y suele ser un funcionamiento establecido en la vida de la persona que suele venir del miedo a ser juzgado. Si esto es así en la vida de la persona, es de esperar que ocurra en terapia. Precisamente como forma parte del problema, con más motivo la persona tiene que intentar “poco a poco” ir superando esa barrera del miedo en el contexto de terapia para ir siendo lo más abierto y honesto posible.

5- Compromiso y constancia. Como hemos mencionado, la terapia es como un proceso de rehabilitación, por tanto es un camino largo y a veces difícil, requiere tiempo y esfuerzo. No tiene que ser un esfuerzo sobrehumano, sino adaptado a lo que seas capaz de dar, pero sí comprometerse con intentarlo.
Estar dispuesto a trabajar en ti mismo, a enfrentar tus miedos y a explorar nuevas formas de pensar y actuar te permitirá avanzar hacia una vida más plena y satisfactoria.

6-  Por último, es relevante tener en cuenta que la terapia no es un proceso lineal y que pueden surgir altibajos en el camino. Es normal experimentar momentos de resistencia, frustración o dudas durante la terapia, sentir que te quedas atascado. Como en cualquier otro aprendizaje, este funcionamiento es el natural.

 

En resumen, a la hora de iniciar un proceso terapéutico es importante estar comprometido con el proceso, saber que durará un tiempo, tener claro tus objetivos, ser abierto, sentirse cómodo y ser constante. Con todo esto verás como te sentirás mejor contigo mismo, te conocerás mucho más y aprenderás otra manera de afrontar las dificultades.

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